Denuncian que el proyecto del vertedero de Miengo tendrá "viviendas prácticamente contiguas al emplazamiento propuesto"
Podemos ha presentado esta semana alegaciones contra el proyecto para crear un vertedero de residuos inertes en Miengo que tramita la Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo (CROTU), promovido por el Grupo Hareche Somagus SL.
El proyecto pretende emplazarse sobre 12 parcelas de la zona de Monte Nova, que suman 143.546 metros cuadrados, y que la formación destaca que se trata de suelo rústico y suelo rústico de especial protección para la preservación de la masa forestal, situado "junto al centro urbano" de Miengo.
Para Podemos, la ubicación del vertedero "no puede ser más desafortunada, tanto desde el punto de vista ambiental como social", ya que subraya que, "en contra de lo que afirma el proyecto, no existe ningún interés social en situar un vertedero a 200 metros de un núcleo urbano". El partido sostiene en un comunicado que este tipo de instalaciones deben ubicarse a, al menos, 1.000 metros de la población, mientras que "en este caso hay viviendas prácticamente contiguas al emplazamiento propuesto".
"DISPARÁTE MEDIOAMBIENTAL"
Además, la formación califica el proyecto de "disparate ambiental, pues plantea sellar dolinas, charcas permanentes y cursos de agua", medidas que el Ministerio para la Transición Ecológica "considera incompatibles con las recomendaciones para el establecimiento de vertederos". Hace semanas, los vecinos denunciaban que el proyecto, presentado por el Gobierno de Cantabria, no tendría en cuenta ni los cursos de agua ni la charca permanente que da cobijo a distintas especies. Tampoco valora la situación de la cueva del Ñobre, que conserva aún rellenos arqueológico.
El responsable de Medio Ambiente de Podemos Cantabria, Pablo Gómez, ha señalado que la CROTU "no puede autorizar la construcción de este vertedero en suelo rústico de especial protección legitimándolo bajo el argumento de interés social", ya que "en Miengo no hay interés social, sino alarma". "La ciudadanía ve cómo el espacio natural que poseen junto a sus casas puede convertirse en una escombrera". "El supuesto interés social es, en realidad, el interés de una empresa. Esperamos que la CROTU actúe de forma sensata y no permita la destrucción de un lugar de gran valor ambiental y social", ha sentenciado.