TRIBUNALES

Trabajadores de Santillana aseguran que les “obligaban” a llevarse el dinero a casa

Uno de los empleados de Santillana del Mar acusado de quedarse el dinero del parking que lo niega, declarando en el juicio contra él en la Audiencia Provincial de Cantabria
Uno de los empleados de Santillana del Mar acusado de quedarse el dinero del parking que lo niega, declarando en el juicio contra él en la Audiencia Provincial de Cantabria

Los dos trabajadores del Ayuntamiento de Santillana del Mar acusados de quedarse dinero del aparcamiento municipal en verano de 2016 y que lo niegan han asegurado, uno de ellos, que cogió talonarios para el cobro de la tasa de estacionamiento de vehículos pero "en ningún momento" pretendió quedarse la recaudación, sino que entregó todo y no se gastó ni "un euro".

"Cuando uno no ha sido, no devuelve el dinero. A mí, aunque me maten", ha remachado Rábago

"Yo no soy ningún ladrón. No he robado nada a nadie en mi vida", ha sentenciado el otro, durante el interrogatorio a ambos en la segunda jornada del juicio contra los seis empleados procesados por esta causa. Cuatro de ellos admitieron los hechos en el arranque de la vista, que se celebra esta semana con jurado popular en la Audiencia de Cantabria, y aceptaron hasta seis meses de prisión por un delito continuado de malversación de caudales públicos: 28.000 euros a través de 140 talonarios obtenidos de forma irregular.

Mientras, los dos enjuiciados disconformes con la imputación -que se enfrentan a nueve meses de cárcel que pide para cada uno la fiscal- han explicado que nadie les informó ni formó sobre cómo tenían que desarrollar la tarea encomendada -era el cuarto verano que les encargaban el cobro del aparcamiento-, y han sostenido al respecto que les "obligaban" a llevarse el dinero a casa.

También han justificado el que pagaran junto a los otros compañeros que se han sentado en el banquillo la cuantía adicional reclamada por el Consistorio -8.000 euros de talonarios que no aparecieron- porque les advirtieron de que si no lo hacían corrían el "riesgo" de perder su puesto. En consecuencia, ante ese "consejo" o "amenaza" y teniendo en cuenta el "miedo" a quedarse sin trabajo pusieron, al lado de la firma, "no conforme" con la cantidad que entregaban.

"Pónganse en mi lugar", ha invitado uno de los enjuiciados a los miembros del tribunal, encabezado por el presidente de la Sección Tercera de la AP, a los que ha relatado que es padre de familia y como le estaban "insinuando" que podía quedarse sin empleo puso ese dinero -1.300 euros-, algo que volvería a hacer de tener el montante.

CALDERILLA

El interrogatorio a estos procesados ha comenzado con un empleado, fontanero de profesión y del comité de empresa en la actualidad, que ha reconocido que cogió talonarios -un paquete con 20- porque las personas encargadas de entregárselo no se encontraban en las dependencias municipales, y evitar estar "perdiendo mi tiempo libre" esperando, ha justificado.

Ha continuado explicando que después de cobrar el aparcamiento tenía que llevarse la "calderilla a casa" para proceder allí al "recuento" del dinero, y meter también en su "tiempo libre" las monedas en blíster y llevarlo después a ingresar al banco, igualmente fuera de su horario laboral. "Estaba hasta las narices de tanto paseo", se ha quejado.

"Soy fontanero, pero me han metido la custodia de los caudales públicos en mi casa", ha denunciado, para admitir que ha "protestado mucho" porque "estos señores" -en alusión a los responsables municipales- "han dispuesto de mi casa para hacerla un banco, de mi coche como un taxi y de mi tiempo libre para el recuento". También ha lamentado que compañeros se referían a ellos como "los gorrillas".

Y ha subrayado que entregó "todo", los talonarios y el dinero, pues no se ha "quedado ningún dinero" ni se ha "gastado un duro de los caudales" públicos, ya que en 20 años en el Ayuntamiento "no he cogido ni un tornillo". Según la Fiscalía, devolvió 7 talonarios sin cobrar -uno incompleto- e ingresó 2.700 euros.

En su declaración, este procesado -que grabó en vídeo la quema de talonarios- ha indicado que prestó algunos de los que cogió al otro implicado que no está conforme con la acusación, porque se quedaba sin ellos antes del fin de semana. Este segundo procesado no devolvió cuantía alguna -al margen de la parte de 8.000 euros que le correspondía-, pues si no tenía "nada", entonces "¿qué iba a devolver?", se ha preguntado.

AMENAZAS

En esta sesión han concluido los interrogatorios a los acusados y se han iniciado las testificales, entre las que destacan la declaración del entonces alcalde, Isidoro Rábago, y que fuera primer edil y responsable de Personal, Ángel Rodríguez, actual regidor, que han negado las "coacciones" denunciadas.

Este último, aunque en un momento de su declaración ha manifestado que todos los procesados reconocieron los hechos en una reunión a la que fueron convocados, ha aclarado más tarde que uno de los dos disconformes con la imputación no le expresó que se fuera a "quedar con el dinero", sino que "por error" había "cogido" talonarios "no numerados" y que había "vendido" los tickets.

Sobre el descubrimiento de los hechos, ha indicado que se enteró de lo que podría estar pasando por "comentarios de la gente en los bares" del pueblo, acerca del "ritmo de vida" que estarían llevando algunos de los encargados de cobrar el parking -eran trece personas en total, para una tarea que se llevaba encomendando cuatro veranos a los acusados-. Así, se procedió a la búsqueda y recuento de talonarios y a citar a los sospechosos, primero "uno a uno" y después juntos, todo ello "de buena fe" y con la intención de que "no pasara nada o lo menos grave" posible y así "evitar males mayores".

NO DEVUELVE EL DINERO

Al hilo de lo anterior, el entonces alcalde ha coincidido en que se comentaba en Santillana el "alto nivel de vida" que algunos de los enjuiciados estarían teniendo, "run run que llega a mis oídos", ha apostillado, indicando que "todo el mundo" hablaba de "unos cacos".

En este sentido, ha indicado que se les fue llamando, primero "de uno en uno para no armar una romería". Del expediente disciplinario -iniciado por el interventor municipal-, Rábago ha opinado que se hizo de manera de "andar por casa", pero cuando vieron que había "más mandanga" y la cantidad supuestamente malversada "nos asustamos", y el informe acabó en Fiscalía. Para él fue "un mazazo" ya que consideraba a todos "amigos" e incluso "como de familia".

Entre tanto, "algunos" de los implicados reconocieron los hechos y reembolsaron las cuantías, punto en el que el entonces regidor ha sentenciado: "Cuando uno no ha sido, no devuelve el dinero. A mí, aunque me maten", ha remachado. "Yo, si no soy culpable de nada, no pongo nada", ha abundado.

Al hilo de lo anterior, ha negado las amenazadas insinuadas para que devolvieran el montante desfalcado y no perder así el puesto de trabajo: "No, eso no lo he hecho yo en mi vida", ha zanjado. Así, ha rechazado haber estado "atosigando a nadie" para que "se arrepientan y entreguen el dinero". Tras lo anterior, Rábago ha lamentado "la pirula" que "se montó", refiriéndose así a que los implicados "primero reconocieron que han sido y luego no".

En su declaración, ha salido a relucir la quema de talonarios e incluso tickets que "se tiraron al río", algo de lo que ha dicho que "sabe todo y nada, porque no puede demostrarlo". Pero su sucesor en el cargo ha asegurado que no se ordenó "en ningún momento" destrucción alguna, y menos de los de 2016.

Finalmente, el interventor ha señalado que él entendió como un reconocimiento de los hechos y de su "culpabilidad" el que los seis implicados colaboraran y devolvieran las cantidades reclamadas, precisando que si bien recogió una manifestación conjunta de todos, quien tomó "la palabra" y "más habló" era uno de los cuatro que ha admitido lo sucedido -policía local-, mientras que los demás "asentían" para mostrarse "de acuerdo". Por lo demás, y para acabar, ha destacado que el Ayuntamiento "quería recuperar el dinero".