En Cantabria estamos viviendo una versión 2.0 de esa política social de tradición romana. El Ejecutivo se muestra incapaz de solventar problemas como la tasa de paro, el olvido que ha sufrido en nuestra tierra el sector primario o la desindustrialización.

Cuentan los libros de historia que los emperadores romanos tenían por costumbre organizar festejos en los que ofrecían comida y espectáculos a cambio de apaciguar los ánimos de los ciudadanos de Roma. El fin de los mismos no era otro que el de tapar las vergüenzas de un gobierno deficiente y corrupto. Una “política social”, tan arcaica como efectiva, que está más en boga de lo que muchos piensan. Como muestra, un botón.

En Cantabria estamos viviendo una versión 2.0 de esa política social de tradición romana. El Ejecutivo se muestra incapaz de solventar los problemas como la tasa de paro, que sigue en ascenso y no se vislumbra en el horizonte ninguna medida efectiva que ofrezca una solución viable. Otro de los grandes males es el olvido que ha sufrido en nuestra tierra el sector primario. No es menos acuciante el problema de la desindustrialización, desde hace ya más de una década este es uno de esos temas recurrentes para los que solo hay soluciones en época de campaña electoral. Esta pléyade de situaciones no es más que una muestra de la dramática situación que vivimos hoy en día.

Para el Gobierno, una de las prioridades de los ciudadanos de Cantabria es que se institucionalice el Lábaro, ¿qué medida tan importante, verdad?

Ante esta situación, ¿saben qué soluciones plantea el Gobierno regional? Varias, no se piensen que se encuentra indiferente ante esta situación (nótese la ironía). La primera solución es el Lábaro. Para ellos, una de las prioridades de los ciudadanos de Cantabria es que se institucionalice el Lábaro, ¿qué medida tan importante, verdad? Máxime cuando cada uno de nosotros podíamos hacer uso del mismo cuando tuviéramos a bien. Pero no se piensen que este ejemplar ejecutivo se quedó solo en eso. Por si fuera poco, en un alarde de lucidez y política social, el Gobierno negocia un contrato de patrocinio con una sociedad anónima deportiva de la región por un montante de 10 millones de euros. Por cierto, cantidad a sumar a todo lo invertido y no recuperado por parte del ejecutivo en años anteriores.

Estas y no otras, son las prioridades políticas de aquellos que se autodenominan como el Gobierno más social de la historia de Cantabria. Curioso, ¿no ven cierta similitud con esta forma de hacer política y aquello del pan y circo? Un Gobierno inactivo, incapaz de hacer frente a los problemas de verdad, que ante el miedo de la reprimenda ciudadana opta por crear una cortina de humo.

Ahora bien, en esta excelsa estrategia política (nótese la ironía otra vez) se olvidaron de una cuestión esencial. La madura sociedad cántabra ya no está dispuesta a comulgar con ruedas de molino. Hablamos de una sociedad cansada de la vieja política y sus promesas incumplidas, de ciudadanos que ya no toleran la corrupción. Que demandan soluciones y se han cansado del “y tú más”. Así que, señores del ejecutivo, pónganse a trabajar y si no son capaces o no saben cómo, pues muy sencillo, tengan humildad y den un paso a un lado. Los cántabros no merecemos menos.