OPOSICIÓN

ACPT lamenta que Torrelavega pierda las Escuelas de Solvay

Aseguran que se debe "a la incompetencia del Ayuntamiento para encontrarle un uso cultural".

Alejandro Pérez, portavoz de ACPT
Alejandro Pérez, portavoz de ACPT

ACPT ha denunciado que Torrelavega perderá las escuelas de Solvay por la "incompetencia" del Ayuntamiento para encontrar un uso cultural a un complejo que "ha mantenido vacío durante casi una década".

ACPT señala que Solvay no tiene intención de renovar el acuerdo firmado en 1998 para la cesión de sus antiguas escuelas al Ayuntamiento de Torrelavega, y la empresa mantiene conversaciones tanto con el Gobierno autonómico como con la Universidad de Cantabria, "en las que el gobierno municipal no parece estar teniendo ningún papel relevante" -dice-, para dotar de un nuevo uso a unas instalaciones que se encuentran en un "precario" estado de conservación.

"Se consuma así el capítulo final de un despropósito cuyo desenlace no era difícil de intuir y del que ya habíamos advertido", denuncia en un comunicado de prensa.

El edificio, que se construyó en 1914 sobre una parcela ajardinada al modo de los campus anglosajones, se encuentra recogido en el Plan Especial de protección y catalogación del patrimonio arquitectónico de Torrelavega con un nivel de protección ambiental grado I que "paradójicamente" -dice ACPT- incluye entre sus disposiciones la obligación municipal de fiscalizar con especial atención el correcto mantenimiento del edificio.

El convenio firmado en noviembre de 1998 establecía que la cesión gratuita respondía a la necesidad municipal de un edificio adecuado para el desarrollo de actividades culturales y recreativas, actividades "inexistentes en los últimos años, sin que se contemplasen otros posibles usos".

traslado. 
Desde 2006 por tanto, no se desarrolla en el complejo ninguna de las actividades para las que acordó su cesión, ni esas actividades en concreto ni ninguna otra de la que haya constancia si excluimos el solitario retén de una habitación custodiada para uso de la Policía Municipal, a través de cuyos cristales podía verse hasta hace no mucho diversa documentación apilada. Nos consta también que esta década se han albergado allí los reyes magos de oriente y parte del Belén. No excluimos completamente las posibles implicaciones culturales de este alojamiento, aunque se nos antoja excesivo y de unas proporciones, quizás por aquello de las majestades orientales, dignas de las monarquías petroleras del Golfo Pérsico.
Cuando se planteó la posibilidad de dotar de un nuevo uso de indudable carácter cultural, el dictamen técnico aseveró que las condiciones de conservación lo hacían inviable para desarrollar "actividades", dicho esto genéricamente y sin más detalle que pudiera aclarar si se habla de un taller de herrería o de unas sesiones de meditación trascendental. Esto a pesar de haberse invertido 7.625 euros en la rehabilitación de diferentes desperfectos  producidos durante los años en los que el edificio permaneció vacío esperando mejores tiempos. Inviable era también y teóricamente cualquier proyecto futuro porque los costes mínimos para restablecer las condiciones básicas del edificio ascendían supuestamente a 300000 euros. Desde luego con una inversión de esa cuantía el resultado habría de ser cuando menos fastuoso, pero nos parece excesivo.
Casi una década después de su último uso de cierta relevancia,  el convenio se extingue y los propietarios de las escuelas buscan en otras instituciones nuevas perspectivas. Analizados todos estos elementos empezamos a sospechar que en Torrelavega tenemos nuestra propia dimensión del realismo mágico, una en la que sucesivas corporaciones suscriben el acuerdo de cesión de un edificio para su uso cultural y lo mantienen vacío durante casi una década como un tótem catalizador de energías o más bien frustraciones, una puerta cósmica a la nada sobre la que resuenan las campanas de Belén. Un coloso de ladrillo que exige unos presupuestos a la altura de la Sagrada Familia (¿Será este el vínculo con el portal?). ¿Estamos ante una intervención artística que no hemos sabido entender? Otras ciudades y pueblos tendrán bulliciosos centros culturales pero aquí estamos ya en el futuro: Hemos tenido durante una década un complejo entero en el que imaginarlas. Hasta que se acabó el convenio".