El verano siempre se asocia a la playa, el mar, las rutas de montaña, las actividades al aire libre… Pero siempre en familia o con amigos. Sin embargo, puede haber momentos en los que todo eso se cambie por una mesa, unas sillas y un tablero de juego con el que divertirse y completar unas vacaciones inolvidables.

En esa gran oferta de juegos de mesa hay clásicos. El Monopoly, el Trivial, el Risk, el Cluedo… Todos ellos nos han acompañado durante años, y con el éxito de las series de televisión y las sagas cinematográficas, muchos han aprovechado para adaptarse y editarse con versiones de ‘Juego de Tronos’, ‘Vikingos’, ‘El Señor de los Anillos’, ‘Marvel’, ‘Los Simpson’, etc.

Para los que todavía no estén familiarizados con estos juegos, el Monopoly es el gran juego de compraventa de calles y viviendas, presentando un sinfín de posibilidades gracias a esas versiones que antes mencionábamos.

Lo mismo le ocurre al Risk, cuyo objetivo es dominar el mundo diseñado en el tablero de juego. Y en el caso del Trivial Pursuit, entre sus ediciones destacan una más moderna, otra para jóvenes, otras sobre materias específicas…

El Cluedo es otro de esos juegos que no solo tienen versiones cinematográficas o basadas en series. Con los años, la intriga de quién es el asesino, dónde cometió el crimen y con qué arma se ha adaptado a las nuevas tecnologías, incorporando al clásico tablero de juego elementos audiovisuales y electrónicos.

En esta categoría de clásicos no podemos olvidar los más tradicionales: parchís, ajedrez, damas, backgammon, cuatro en raya, oca, dominó… incluso los diferentes juegos de cartas nos pueden hacer pasar horas de diversión.

Más juegos ‘tradicionales’: el Rummy, juego de estrategia de números en el que el objetivo final es ser el primero en colocar todas las fichas sobre la mesa; y Scattergories o Tabú, que ponen a prueba nuestro lenguaje y nuestra capacidad y agilidad mental para describir ideas, personajes, conceptos o lugares.

Uno de los juegos más famosos de los últimos años es Ciudadelas. El objetivo es construir una ciudad a través de sus diferentes distritos antes que el resto de jugadores. En cada ronda, cada jugador interpreta un personaje diferente: un ladrón, un asesino, un comerciante, un rey… El enfrentamiento entre ellos puede provocar que perdamos todo el dinero, o que destruyan uno de nuestros distritos. Incluso se atreverán a acabar con la vida de nuestro personaje para que no sigamos destacando en la partida. 

No podemos olvidarnos de Catán, cuyo objetivo es construir pueblos, ciudades y caminos sobre un tablero que es distinto cada vez, mientras se van acumulando varios tipos de cartas. Su popularidad ha sido tal que ha habido varias expansiones y anexos para el juego original.

Carcassonne es otro de los imprescindibles. Sencillo y muy entretenido, su finalidad es conseguir más puntos que los contrincantes añadiendo más fichas del tablero, que se irá componiendo poco a poco.

Y aunque menos conocido, también es muy recomendable Ubongo, un juego trepidante en el que los jugadores deben intentar encajar las piezas de su plantilla simultáneamente. El más rápido en resolver el puzzle ganará gritando ¡Ubongo!

Pero no todo son tableros o fichas. Jenga es un juego de habilidad con bloques que tienen que retirarse de una torre evitando que se derrumbe. Destreza y paciencia son los principales ingredientes para pasar una tarde de risas y emoción.

Y más moderno es Dobble, un juego ideal para llevar de viaje al ser compacto, muy sencillo y trepidante. Más de 50 símbolos, 55 cartas con uno, y solo un símbolo idéntico entre cada una de ellas, aunque de diferente tamaño. Cada jugador deberá colocar sobre la mesa sus cartas antes que el resto, diciendo el símbolo que conecta su carta con la dejada previamente.