POLÍTICA

El Gobierno maneja dos opciones para pagar por usar las carreteras

Imagen de la A67
Imagen de la A67

Aunque no hay fecha concreta, sí parece claro que empezaremos a pagar por utilizar las carreteras a partir de 2024. Hasta ahora solo se había establecido esta especie de peaje o impuesto con el argumento de mantener las vías, independientemente de que sean autopistas, autovías o carreteras nacionales, que dejarán de ser gratuitas como hasta ahora. El sistema para realizar este pago, sin embargo, no se había definido, aunque según lo publicado por varios medios, se están estudiando dos opciones basadas en modelos que ya manejan otros países europeos de nuestro entorno.

En concreto, dichas alternativas son el uso de una pegatina que autorice la circulación del vehículo y, posteriormente, el cobro por kilómetro recorrido. Así lo ha señalado, por ejemplo, El Confidencial, citando fuentes del Estado.

Las pegatinas, una especie de viñeta, se obtendrían pagando una tarifa mensual o anual invariable independientemente del uso que se haga de las carreteras. Con dicha pegatina pegada en la parte delantera del vehículo, como el distintivo medioambiental, los conductores podrían circular por cualquier vía todo lo que necesitasen.

El problema que se plantea con este sistema utilizado en países como Austria o Suiza es obvio. Pagarían lo mismo los conductores que estén al volante todos los días y los que solo viajan en contadas ocasiones. Pero además, sería necesario implementar un sistema que permitiese la lectura de la viñeta y, por tanto, el control de los vehículos que circulan por las carreteras. Según las informaciones, se está planteando utilizar las cámaras de la DGT que permiten leer las matrículas.

Respecto al pago por kilómetro, similar al utilizado en Portugal, su funcionamiento requeriría dar de alta el vehículo en una base de datos para que el lector de matrículas realice el cobro de forma automática en su cuenta corriente una vez pase por cada tramo. El problema de este sistema radica en el propio registro, pues es un modelo que funciona con los vehículos matriculados en el país, pero tiene dificultades con los que proceden del extranjero.