POLÍTICA

Gobernar desgasta, y el 50% del Ejecutivo cántabro ha sufrido cambios en esta legislatura

Caricaturas de Miguel Ángel Revilla, Pablo Zuloaga, Paula Fernández, Javier López Marcano, José Luis Gochicoa y Guillermo Blanco | Autor- Ledesma
Caricaturas de Miguel Ángel Revilla, Pablo Zuloaga, Paula Fernández, Javier López Marcano, José Luis Gochicoa y Guillermo Blanco | Autor- Ledesma

Si el bipartito PRC-PSOE estuvo marcado, en la pasada legislatura, por el cambio en el seno de los socialistas de su Secretaría General, que pasó de Eva Díaz Tezanos a Pablo Zuloaga (con lo que eso supuso para el devenir de algunas consejerías como Educación), el actual Ejecutivo cántabro podría definirse como ‘el Gobierno de los cambios’, aunque no de cambios logrados a través de sus políticas, sino de los cambios internos en sus consejerías.

En enero de 2021 se producía en el primer cambio. Revilla tomaba la decisión de volver a poner en la primera línea política a Francisco Javier López Marcano

En menos de tres años han cambiado tres rostros de los diez que forman el equipo de Gobierno y otros dos han visto modificadas sus responsabilidades. Es decir, la mitad del Ejecutivo ha sufrido cambios de uno u otro cariz. Y eso sin tener en cuenta la cantidad de directores generales y cargos de responsabilidad que han dimitido, han sido cesados o han sido redirigidos a otras áreas.

El actual presidente, Miguel Ángel Revilla, tomaba posesión el 29 de junio de 2019. Unos días después, el 8 de julio, lo hacían los consejeros. En ese momento inicial de esta décima legislatura de la democracia en Cantabria, el Consejo de Gobierno se completaba con Pablo Zuloaga como vicepresidente y consejero de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte; Paula Fernández (consejera de Presidencia, Interior, Justicia y Acción Exterior); Guillermo Blanco (consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente); José Luis Gochicoa (consejero de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo); Marina Lombó (consejera de Educación, Formación Profesional y Turismo); Francisco Martín (consejero de Industria, Innovación, Transporte y Comercio); Ana Belén Álvarez (consejería de Empleo y Políticas Sociales); María Sánchez (consejera de Economía y Hacienda); y Miguel Rodríguez (consejero de Sanidad).

Esta primera composición no llegó a los dos años. Con una pandemia de por medio, lo que obligó a paralizar la actividad del Gobierno (y la del resto de España), en enero de 2021 se producía en el primer cambio. Revilla tomaba la decisión de volver a poner en la primera línea política a Francisco Javier López Marcano, uno de los pesos pesados del PRC. Su salida estuvo motivada por su imputación en el caso Racing, algo que Podemos puso como condición inapelable para facilitar la investidura de Revilla en 2015. Su absolución definitiva fue en 2020.

Su incorporación obligó a reestructurar buena parte del ala regionalista del bipartito. Para empezar, su entrada en el Ejecutivo implicó la salida de Francisco Martín, ya que Marcano volvería a tomar las riendas de Industria, Innovación, Transporte y Comercio, como ya había hecho en legislaturas anteriores. A estas, además, sumaba la cartera de Turismo, que se quitaba de las manos de Lombó. Martín pasó a ser el presidente de la Autoridad Portuaria.

2022 está siendo el año para que los socialistas modifiquen sus áreas de gobierno

La toma de posesión de Marcano estuvo acompañada, además, de cambios en las direcciones generales bajo su responsabilidad. Así, la regionalista Eva Bartolomé pasó de estar al frente de la Dirección General de Turismo para encargarse de la de Comercio, sustituyendo así a Odette Álvarez. También cesó como director general de Industria Raúl Pelayo, que fue sustituido por Daniel Alvear. Mientras, el hueco dejado al frente de la Dirección General de Turismo por Bartolomé está ocupado desde entonces por Marta Barca.

SECTOR SOCIALISTA

Si 2021 comenzó con estas transformaciones en la parte regionalista del Gobierno, 2022 está siendo el año para que los socialistas modifiquen la suya. Tanto que de los cuatro consejeros con los que cuenta, dos ya han dimitido y otra ha cambiado de área.

El primero en hacerlo fue el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez. Su dimisión el 11 de marzo llegó tras una gestión de la pandemia que, como en todo el mundo, desgastó mucho a los gestores de la sanidad pública. En el caso concreto de Cantabria, además, la dimisión estuvo precedida por un año en el que se habían producido hasta siete salidas solo en esa Consejería, comenzando por Paloma Navas, directora de Salud Pública que fue sustituida en enero de 2021 por Reinhard Wallmann, y terminando por la gerente del SCS, Celia Gómez, que dejó este cargo al recibir otra oferta laboral pocos días antes de que Rodríguez anunciara su decisión.

La toma de posesión de su sustituto, Raúl Pesquera, se produjo el 17 de marzo, y menos de un mes después, el pasado 11 de abril, el Gobierno de Cantabria sufría un nuevo terremoto en forma de dimisión. Esta vez se trató de la consejera de Economía y Hacienda, María Sánchez, que anunció su decisión irrevocable al comprobar que la medida de rebaja en el mínimo del Impuesto de la Renta de las Personas Física (IRPF) que había anunciado unos días antes ponía en riesgo la financiación de Cantabria, y por lo tanto no se debía aplicar.

Su dimisión no solo ha provocado una remodelación que va más allá de su Consejería, sino que ha puesto de manifiesto una falta de comunicación interna entre los socios de Gobierno, pues mientras Zuloaga manifestó que se conocía que Economía “estaba trabajando en diferentes líneas para mejorar la situación financiera”, aunque la medida “no estaba valorada por el Consejo de Gobierno”, Revilla reconoció que la ya exconsejera de Economía "se lanzó al ruedo sin haber consultado con los demás miembros del Gobierno", dejando así entrever que no conocían la medida de Sánchez.

Apenas dos días después, el 13 de abril, se celebraba la toma de posesión de las nuevas consejeras. Por un lado, Ana Belén Álvarez, que ocupaba la cartera de Empleo y Políticas Sociales, pasaba a hacerse cargo de Economía y Hacienda, mientras que las responsabilidades que dejaba libres las ha asumido desde entonces Eugenia Gómez de Diego, hasta este momento directora general de Vivienda.

Tras todos estos cambios, y quedando poco más de un año para una nueva convocatoria electoral, el bipartito PRC-PSOE está formado por Miguel Ángel Revilla como presidente de Cantabria; Pablo Zuloaga como vicepresidente y consejero de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte; Paula Fernández (consejera de Presidencia, Interior, Justicia y Acción Exterior); Guillermo Blanco (consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente); José Luis Gochicoa (consejero de Obras Públicas, Ordenación del Territorio y Urbanismo); Marina Lombó (consejera de Educación y Formación Profesional); Francisco Javier López Marcano (consejero de Industria, Turismo, Innovación, Transporte y Comercio); Eugenia Gómez de Diego (consejería de Empleo y Políticas Sociales); Ana Belén Álvarez (consejera de Economía y Hacienda); y Raúl Pesquera (consejero de Sanidad).