HOSTELERÍA

Los hosteleros se enfrentan a la nueva realidad de las terrazas

Un camarero atiende una mesa en la terraza de una cafetería
Un camarero atiende una mesa en la terraza de una cafetería

Uno de los efectos que ha tenido esta pandemia ha sido el de ampliar las terrazas de los establecimientos hosteleros. Una medida que tomaron todos los municipios en un intento de mantener el negocio de bares y restaurantes al tiempo que se respetaban las restricciones impuestas por el coronavirus. Pero con la vacunación y el control de la situación, la normalidad ha vuelto a abrirse camino en casi todos los ámbitos, y los ayuntamientos deben afrontar cómo recuperar esa normalidad también en el espacio público ocupado por las terrazas. Uno de los últimos incidentes ha sido el que protagonizaron ayer los propietarios de la comunidad de vecinos de la Plaza de las Cervezas, que habrían exigido el desalojo de las terrazas de los locales hosteleros ubicados en este popular espacio de la calle San Fernando de Santander.

Según pudo saber este medio, la denuncia de los vecinos señala que los hosteleros deben cumplir unos aforos y un horario que no se estarían cumpliendo. Algunos “sí incumplen”, reconocieron algunos establecimientos. Sin embargo, ha habido propietarios de estos locales que han rechazado por completo estas acusaciones. “Es totalmente mentira”, ha señalado en declaraciones a eldiariocantabria.es uno de ellos, que tiene el negocio en la plaza desde hace 36 años.

“Los vecinos llevan quejándose mucho tiempo al Ayuntamiento”, ha reconocido, pero no ha habido “ni una sola multa” en todos los años que él es propietario del local ubicado en la Plaza, que asegura “es de titularidad pública, no privada”, como han aducido los vecinos en su denuncia. De hecho, asegura que “los negocios son de escritura pública”, pero los propietarios de las viviendas “quieren que sea su jardín”, aunque  “la licencia me la da el Ayuntamiento, no los vecinos”.

En  este sentido, ha recordado que hace algunas semanas “llamaron a la policía quejándose” de los establecimientos hosteleros, pero cuando los agentes llegaron “tuvieron que volverse porque estaba todo en regla y se estaba cumpliendo”. Y asegura que siempre ha sido y seguirá siendo así. De hecho, durante la mayor parte del año “las terrazas se cierran a las diez de la noche”, es un “espacio muy tranquilo”, y solo en verano “se amplía el horario”. Este propietario reitera que “nunca ha habido una denuncia”, y recuerda que durante mucho tiempo “los mejores clientes de mi negocio siempre fueron los propios vecinos”.

NUEVA NORMALIDAD

Lo cierto es que los vecinos de la Plaza de las Cervezas no son los únicos que se han quejado. La Asociación de Vecinos de Pombo, Cañadío y Ensanche denunciaban esa semana que la vuelta del ocio nocturno ha provocado que cada fin de semana sus calles se llenen de gente que no solo no respetan el descanso de los propietarios, sino que dejan la vía pública llena de suciedad, lo que se suma, en el caso de Santander, a los problemas del servicio de recogida de basuras que sufre la ciudad.

Ante estas críticas vecinales, la alcaldesa de Santander, Gema Igual, anunciaba ayer que el Ayuntamiento “no va a decirles que cierren” (a los locales), y en lugar de eso anunció que intensificará la vigilancia y la limpieza viaria.

Con respecto a las terrazas, la nueva normalidad en la capital cántabra conllevará la suspensión de las medidas que hasta ahora estaban vigentes. Dado que ya no existen restricciones de aforo en el interior ni el exterior de la hostelería, el próximo domingo 31 de octubre las cuatro zonas de terrazas que se habilitaron en Santander quedarán suprimidas. Se trata de las calles Zorrilla, Río de la Pila, Daoiz y Velarde y Carmen-Sol, que registraban cortes de tráfico por este motivo. Igual avanzó, además, que no habrá cambios en lo que a la capacidad de las terrazas se refiere.

Pero Santander no es el único municipio que está afrontando cómo recuperar el espacio público a las terrazas. En mayor o menor medida, todas las localidades cántabras estudian cómo volver a la normalidad y encontrar un equilibrio entre vecinos, hosteleros y vehículos.

El pasado 25 de octubre el Ayuntamiento de Castro Urdiales anunciaba que había revocado el decreto que, durante la pandemia, permitió a los negocios de hostelería ampliar su espacio en un 50% sobre la superficie autorizada en la licencia municipal. De este modo, todos volverán a las condiciones y situación previas a la pandemia.

La alcaldesa, la socialista Susana Herrán, explicó en un comunicado que el Ayuntamiento permitió esta ampliación provisional de los espacios de las terrazas para posibilitar el mantenimiento de la actividad hostelera y paliar los efectos de las "fuertes restricciones" de aforo que hubo en los interiores de los locales, algo que ahora desaparece. Herrán ha reivindicado que, desde el Ayuntamiento y desde el equipo de Gobierno (PSOE-Cs), "se ha hecho todo lo posible por ayudar e impulsar el trabajo de la hostelería con esta y otras medidas". "Siempre nos han tenido a su lado", ha destacado.

También el equipo de gobierno de Noja, que este verano llegó a registrar el mayor aumento de población de toda España, está trabajando en una normativa municipal sobre terrazas que se quiere aprobar en un pleno municipal a comienzos del próximo año. La intención del Ayuntamiento pasa, como en el resto de municipios, por respetar criterios de accesibilidad, no obstaculizando las vías, los accesos a aparcamientos o el paso de los vehículos. Una iniciativa para la que se quiere contar con la Asociación de Hostelería de la Villa.