CORONAVIRUS

Detectado un brote en el CAD de Los Corrales con 26 contagios

Residencia de ancianos
Residencia de ancianos

Salud Pública ha detectado un brote de coronavirus en el Centro de Atención a la Dependencia San Juan, en Las Caldas de Besaya (Los Corrales de Buelna), con 26 afectados, 20 residentes y seis trabajadores. Según han indicado fuentes de la Consejería de Sanidad a Europa Press, todos los residentes, entre los que se está haciendo un cribado, se encontraban vacunados contra el Covid y de los seis empleados cinco tenían la pauta completa y uno una dosis. Ninguno de los contagiados ha tenido que ser trasladado al hospital y su estado de salud "es bueno".

Salud Pública sigue estudiando el brote detectado en el crucero Evrima, que se está construyendo en El Astillero

Además, en las residencias de mayores de la región hay otros 13 contagiados -ocho usuarios y cinco trabajadores-, según datos de Servicios Sociales. De estos residentes afectados, seis pertenecen a la residencia municipal de Castro Urdiales, uno a Padre Menni (Santander) y otro a Villa Cicero.

Asimismo, los empleados contagiados corresponden a los centros de mayores CAD San Miguel, en Meruelo; San Pedro y Vitalitas San José, en El Astillero; Villa Cicero y Virgen de la Barquera, con un caso cada uno. Desde el inicio de la pandemia se han registrado en los centros de Servicios Sociales de Cantabria un total de 2.130 afectados, 290 fallecidos y 1.832 curados.

Por otro lado, Salud Pública sigue estudiando el brote detectado en el crucero Evrima, que se está construyendo en El Astillero y tiene más de un millar de trabajadores, por lo que se está trabajando "en profundidad" junto a la empresa. Por el momento, ese foco sigue con 48 positivos detectados, según ha señalado este jueves el vicepresidente cántabro, Pablo Zuloaga, en la rueda de prensa que ha ofrecido para informar de los acuerdos del Consejo de Gobierno y de la situación epidemiológica.

Zuloaga ha destacado que algunos de los casos de este brote son "difíciles de detectar", siendo el idioma la "principal barrera". Se trata de un barco en el que hay empresas contratadas por Astander y otras por el armador Ritz Carlton, cuyos trabajadores son extranjeros que vienen a trabajar al astillero, donde se les hacen controles a la llegada y cada tres días, y en el caso de dar positivo son enviados a sus hoteles. Así, los afectados se encuentran confinados en los tres hoteles donde residen temporalmente.