TRIBUNALES

El acusado de abusar de su sobrina de tres años y tener 3.755 archivos pedófilos se niega a declarar

Los padres han asegurado que reconocieron a su hija en las imágenes por el pijama y la colcha de la cama.

Un agente ha señalado que durante el registro de la vivienda el acusado reconoció “espontáneamente” que eran él y su sobrina quienes aparecían en las fotos y los vídeos.

Un instante del juicio en el que el hombre acusado de abusos sexuales a su sobrina
Un instante del juicio en el que el hombre acusado de abusos sexuales a su sobrina

El acusado de abusar de su sobrina de tres años, grabarlo y guardarlo en su teléfono móvil junto a 3.755 archivos digitales con imágenes de menores desnudos o manteniendo relaciones sexuales se ha acogido este miércoles a su derecho a no declarar en el juicio celebrado contra él, en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, en el que han testificado los padres de la menor y agentes de la Policía Nacional que se encargaron de la investigación e instrucción del caso.

Los progenitores de la pequeña, que son hermano y cuñada del procesado, han explicado que reconocieron a su hija por la ropa que aparecía en las imágenes, en concreto por el pijama que llevaba puesto y la colcha que cubría la cama de la habitación donde sucedieron los hechos, en agosto de 2015 y en casa de los abuelos paternos y el tío de la pequeña, que se enfrenta a una petición de 22 de años de cárcel del fiscal y que ha seguido toda la vista con la capucha de la sudadera puesta.

Además, una agente ha señalado que durante el registro de la vivienda el individuo reconoció "espontáneamente" que quienes aparecían en las fotos y vídeos de su móvil eran él y su sobrina. Además, un funcionario de la Policía ha aseverado que ampliando la imagen de los dedos índice y pulgar del hombre que aparecía en algunos archivos de vídeo y foto se ha podido identificar al "cien por cien" y sin "dudas" al acusado, gracias a este proceso basado en las 'huellas digitales' y que es "fiable".

Tras la declaración de los testigos y de los peritos, las partes -Fiscalía y Defensa- han elevado a definitivas sus conclusiones, de modo que el Ministerio Público mantiene su petición de 22 años de prisión para el supuesto pedófilo, que tenía en uno de sus teléfonos gran cantidad de imágenes "genéricas" de pornografía infantil, y en un segundo terminal otras de carácter "doméstico" o "casero", esto es, de producción propia.

Preguntado por estas últimas, el procesado -para quien su abogada ha solicitado la libre absolución- admitió que las había hecho él y que la niña que aparecía era su sobrina, ha indicado un agente, que ha precisado al respecto que el hombre no puso impedimentos en el proceso de instrucción, sino que colaboró.

PIJAMA

Los padres de la niña han relatado que el día de lo sucedido dejaron a la pequeña en casa de sus abuelos, como habían hecho en alguna otra ocasión con anterioridad, y han precisado al respecto que la menor dormía en la misma habitación que el tío.

Los dos han coincidido en que reconocieron a su hija en las fotos del teléfono móvil del sospechoso por la ropa, en concreto por el pijama y por la colcha que cubría la cama, ya que "son todas iguales en mi casa", ha indicado el padre de la víctima y hermano del procesado.

"Sé que es mi hija", ha remachado, mientras que la madre ha asegurado que la identificó "perfectamente". Ambos han renunciado, además, a reclamar cualquier indemnización con motivo de este procedimiento. "No quiero dinero", ha comentado el progenitor.

Por su parte, una médico forense que ha declarado por videoconferencia ha apuntado a la posibilidad de que el procesado tuviera mermadas ese día sus facultades volitivas, por intoxicación al haber consumido alcohol y otras sustancias. Además, ha puesto de manifiesto que si bien no sufre ningún trastorno psiquiátrico, es una persona "muy introvertida" y ha padecido diferentes episodios de tristeza, ansiedad o depresivos, ha agregado.

Con todo ello, el fiscal y la letrada defensora han elevado a definitivas sus conclusiones. De este modo, el primero mantiene la acusación al implicado de tratar también de compartir a través de Twitter cuarenta fotografías de menores de edad desnudas, algo que detectó la propia red social, que lo puso en conocimiento de una ONG estadounidense, que a su vez lo comunicó a las autoridades españolas.

En este punto, la inspectora encargada del caso ha explicado que datos como el perfil de la citada red social, la cuenta de correo electrónico, el número de teléfono facilitado o diversas conexiones llevaron al acusado como titular de las mismas y a una dirección: la del domicilio donde vivía con sus padres en Colindres.

22 AÑOS Y MEDIO

El fiscal mantiene que los hechos sucedieron en "dos momentos" diferentes, de ahí que entienda esta parte que es un delito "continuado". Así, en la noche del 22 de agosto de 2015 el hombre realizó tocamientos a la pequeña en sus genitales, algunos con su pene, mientras que a la mañana siguiente se masturbó y eyaculó sobre ella. También le acusa de haber grabado dos vídeos y hecho más de 40 fotos realizando estas acciones.

En cuanto a los archivos de contenido pedófilo, precisa que los tuvo almacenados en su teléfono móvil entre agosto de 2013 y enero de 2017. En ellos aparecen imágenes que son "escalofriantes de ver", en palabras del fiscal, como menores "de muy corta edad desnudos y exhibiendo sus órganos genitales o manteniendo relaciones sexuales con personas adultas mucho mayores que ellos", según consta en el escrito de acusación. También se le atribuye haber subido este tipo de imágenes a su cuenta de Twitter en marzo de 2016, con la finalidad de que fueran compartidas.

Así las cosas, el Ministerio Público considera que el acusado es autor de dos delitos de corrupción de menores, uno por poseer pornografía infantil con finalidad de distribución, y otro agravado por elaborar pornografía con su sobrina, y de uno continuado de abusos sexuales, ascendiendo la suma de las penas solicitadas a 22 años y medio de cárcel, a las que hay que añadir una medida de libertad vigilada de 30 años a ejecutarse tras su puesta en libertad.

Además, el fiscal solicita que se le inhabilite para la patria potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento durante 18 años, así como para ejercer cualquier profesión relacionada con menores durante 37 años. También pide que se le condene a mantenerse alejado y a no comunicar con su sobrina durante 16 años y le reclama el pago de una indemnización de 30.000 euros para cada uno de los padres de la menor de por el daño moral ocasionado.

ABSOLUCIÓN O DIEZ AÑOS DE CÁRCEL

Mientras, la defensa del ha mostrado su disconformidad con los hechos descritos por el fiscal, al considerar que no han quedado "acreditados" y ha pedido la libre absolución de su patrocinado. Y subsidiariamente, en el caso de que sean constatadas las acusaciones, interesa una pena de un máximo de 10 años por los diferentes delitos, es decir, menos de la mitad de lo que reclama el Ministerio Público.

Así, en el caso de la corrupción de menores de elaboración y difusión de pornografía infantil con su sobrina, precisa que el hombre solo estaba en posesión del material y no lo distribuyó, de ahí que la pena a aplicar tendría que ser de cinco años en vez de nueve, al entender que no concurre la agravante contemplada por el fiscal. Además, hay que tener en cuenta, según la abogada del acusado, que éste reconoció lo sucedido en fase de instrucción, colaboró con los agentes o que no tenía antecedentes.

En el supuesto de los abusos sexuales, la Defensa interesa, de acreditarse el delito, cuatro años de cárcel, al entender que no es continuado, sino que se trata a su juicio de un único hecho delictivo, que tuvo lugar en "una noche", en un "mismo contexto" -tanto espacial como temporal- y hay además "unidad de acción". A esto se añadiría un único año más por la posesión de pornografía infantil con menores de edad, que era para "consumo particular", según la letrada.

El juicio, en el que el acusado tampoco ha ejercido su derecho a la última palabra, ha quedado visto para sentencia.