MEDIO AMBIENTE

Ecologistas denuncian la degradación del Parque Natural de Oyambre, a punto de cumplir su 30 aniversario

Achacan el deterioro de este espacio protegido a la “nefasta” gestión de ayuntamientos, consejerías y la Demarcación de Costas, y a la “pésima educación ambiental” de los residentes.

baños
baños

Los grupos ecologistas en el Patronato del Parque Natural de Oyambrehan denunciado este miércoles la degradación constante que sufre este“teórico espacio protegido” que está a punto de cumplir 30 años desde su creación. Una degradación que, a su juicio, es el resultado de la “nefasta combinación de las tres administraciones implicadas”, entre ayuntamientos, consejerías de Medio Rural, Obras Públicas y Cultura, y Demarcación de Costas del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, y de la“pésima educación ambiental de muchos de los residentes habituales” y turistas que frecuentan este espacio.

En un comunicado el representante de estos grupos, Emilio Carrera, critica que “la incuria y el abandono han seguido repitiéndose y ampliándose” a pesar de la promoción oficial del Parque, que este verano de 2016 ha contado con sendos reportajes fotográficos que “han excluido de sus enfoques la denuncia”. Esto, a su juicio, está generando “cada vez más una visión acomodaticia, decorativa y nada exigente de los escenarios por donde desfilan la incompetencia y el desprecio a los valores”.

Los grupos ecologistas aseguran que existe una “absoluta falta de ejemplaridad en el cumplimiento de la ley”, como demuestra el hecho de que no se hayan ejecutado todavía las sentencias de desmantelamiento del Pabellón Polideportivo de San Vicente, del camping del Rosal, de la escollera del Pájaro Amarillo o de las infraestructuras de la macrourbanización de Santa Marina, entre otros. A esto se suma la anulación definitiva de la variantes de Oyambre, que contiene además la “obligación de reponer los terrenos afectados a su estado natural original”, a lo que se ha hecho “caso omiso” por parte de todas las administraciones.

Los ecologistas han acusado al Ayuntamiento de Valdáliga de “poner en peligro la salubridad de los turistas y residentes” que veranean allí por los “vertidos realizados al arroyo y el calamitoso estado en que han permanecido los baños públicos”

Asimismo, han acusado al Ayuntamiento de Valdáliga de “poner en peligro la salubridad de los turistas y residentes” que veranean allí por los “vertidos realizados al arroyo y el calamitoso estado en que han permanecido los baños públicos”. Las imágenes demuestran el “abandono absoluto de la limpieza periódica de las instalaciones”, lo que en su opinión obliga a los visitantes a “realizar sus necesidades en los alrededores de la playa o pagar una consumición en el bar para poder utilizar el baño”.

Pésima imagen de suciedad, también, en vertederos y contenedores rebosantes de basura por todos los accesos a la costa en playas, rías y acantilados con cunetas, orillas, praderías y aparcamientos donde aguas residuales, purines, desperdicios de todas clases, plumeros...”, denuncia Carrera.

También critican que “se ha seguido consolidando la ocupación y el uso ilegal de la franja marítimo-terrestre”, lo que está impidiendo “el tránsito y las servidumbres de paso, alzando y consolidando vallados o pistas de pádel sin permiso alguno”, entre otras actuaciones.

Agresiones al paisaje

Entre sus argumentos los grupos ecologistas añaden que siguen “tolerándose agresiones al paisaje”, manteniéndose en “estado de ruina” construcciones como la Casa del Pozo, el Lazareto de Abaño, las Colonias de la Institución Libre de Enseñanza, la torre de Ballenas de Oyambre, la batería de Ubiembre, etc, así como otras infraestructuras.

Igualmente, señalan que se han incumplido “criterios básicos de regeneración de las zonas húmedas litorales y del desmantelamiento de diques”, o los objetivos de “restauración y reforestación de los ecosistemas fluviales y las laderas y cumbres de vegetación autóctona del Monte Corona”, cada vez más invadidas por pinos y eucaliptos.

“Como remate de los despropósitos, la marisma de Rubín y el estuario del río Escudo han sido invadidos por la chilca sin que su cubrición por las pleamares consiga eliminarla”, han explicado, con el agravante de que “su mayor concentración es en la parte superior del dique perimetral de la marisma que sigue prácticamente intacto”. Esta planta invasora, según ha dicho Carrera, “es uno de los problemas más graves que afectan al Parque”.