Este lunes, 22 de agosto, se cumplen 12 días desde que la propietaria de una vivienda en Barcenaciones (Reocín) viera cómo unos jóvenes ‘okuparon’ su propiedad. Doce días en los que los vecinos han estado manifestándose frente a la casa para protestar y tratar de visibilizar un problema ante el que, al menos de momento, no parece que se haya hecho eco ni el Ayuntamiento de Reocín ni el Gobierno de Cantabria.

Uno de estos vecinos es Miguel Ángel Bueno, quien también es el alcalde pedáneo de Barcenaciones. Tal y como ha explicado, todo se produjo unos días después de que la mujer acudiera a la vivienda a limpiarla. “A los pocos días la llamaron”, recuerda, porque había actividad en su vivienda. Ya se había ‘okupado’. “Sus tíos llamaron a la Guardia Civil, pero les dijeron que no se puede hacer nada por echarlos”, ha señalado.

La afectada no ha podido recuperar todavía su vivienda ni siquiera demostrando que es de su propiedad. De hecho, como explica Bueno, “ella cogió las llaves del garaje y abrió la puerta” delante de los agentes “para demostrar que es suya”, pero no tuvo repercusión. La única alternativa ha sido presentar una denuncia en la que se han incluido las escrituras y toda la documentación que demuestra la propiedad, pero a priori eso no solucionará lo ocurrido a corto plazo.

El apoyo de los vecinos de Barcenaciones fue inmediato. De lunes a viernes, de 19:00 a 21:00 horas, se manifiestan en un terreno pegado a la casa que es propiedad de la Junta Vecinal, y “mientras la Junta nos lo permita, seguiremos allí”, ha explicado Bueno, quien en declaraciones a este medio ha querido dejar claro que “yo acudo a la manifestación como vecino, aunque sea pedáneo”, pero “estamos detrás y apoyamos en todo lo que podemos como Junta Vecinal”.

Respecto a la repercusión de lo ocurrido, el alcalde pedáneo asegura que, al menos en la Junta Vecinal, “no tenemos noticias” ni desde el Ayuntamiento de Reocín ni desde el Gobierno de Cantabria. Tampoco los medios se han hecho eco hasta ahora, algo que ha agradecido para “arrojar luz sobre lo que está ocurriendo”.

Y no es porque no hagan ruido. Como señalan los vecinos en redes sociales, “hay cosas que en la vida no se pueden permitir”, y a pesar de que “nos manifestamos, ponemos pancartas, caceroladas, pitidos…”, se preguntan si “¿se nos escucha?”.