MEDIO AMBIENTE

Bandera negra EA a la "mala gestión" para la Ría de San Martín

Los espigones de Santander también han recibido la catalogación de bandera negra.

La organización Ecologistas en Acción (EA) ha concedido dos banderas negras al litoral cántabro en 2017, una a la "mala gestión" en los espigones proyectados en la bahía de Santander y otra a la Ría de San Martín, "una de las más contaminadas de todo el litoral cantábrico".

Por lo que se refiere a los espigones en la Bahía de Santander, el informe de EA consultado por Europa Press, recuerda que la Dirección General de la Sostenibilidad de la Costa y el Mar tiene proyectada la estabilización del sistema de playas La Magdalena y Los Peligros mediante la construcción de dos espigones de escollera, un dique sumergido en Peligros y el dragado de 48.000 m3 de arena para que se genere una superficie de arena seca similar o superior a la existente en ambas playas, que compensen la pérdida continua de arena por erosión, que hasta ahora se resolvía con el dragado y aportaciones periódicas de arena.

Este sistema de playas se emplaza en una ensenada formada al abrigo de la península de la Magdalena y es de origen seminatural, dado que el Muelle de San Martín, el espigón de Los Bikinis o el ahora desaparecido espigón de La Magdalena, han actuado desde principios del siglo XX para configurarlo.

La playa de la Magdalena sufre actualmente un proceso erosivo, mientras que la playa de Peligros se encuentra en un equilibrio dinámico (recibe material desde el este y lo pierde por el oeste).

Según EA, el Ministerio de Medio Ambiente, al aprobar este proyecto, no ha tenido en cuenta las posibles consecuencias para las dunas de El Puntal y el estuario del Miera, una zona declarada Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) ni tampoco los cambios en las mareas o los efectos sobre el tráfico marítimo, entre otras cuestiones que se recogían en las alegaciones a un proyecto que supondrá una inversión de 2,2 millones de euros.

Los ecologistas se remiten en su informe al Centro Oceanográfico de Santander, que ha señalado que "la construcción de diques es posiblemente la opción con mayor efecto negativo en el medio ambiente, por lo que se deberían incluir otras alternativas menos impactantes y que también ayudan a estabilizar la playa de forma menos agresiva, como es la no eliminación de algas y plantas en la limpieza de las playas".

Además, esta institución dependiente del Gobierno de España ha mostrado su desacuerdo con que la actuación propuesta no tiene efectos más allá de las playas sobre las que se pretende actuar, recordando que "son conocidos los efectos que en muchas ocasiones pueden ocasionar estas estructuras, alterando el sistema natural de olas y corrientes, afectando al transporte de sedimentos y como consecuencia la dinámica de erosión".

Por todo ello, recomendó estudiar con "mayor profundidad" el medio para poder evaluar los posibles cambios, una petición que fue rechazada.

Por otro lado, la Autoridad Portuaria de Santander expuso que "no se mencionan medidas preventivas de ejecución para evitar otros vertidos accidentales", durante las obras de construcción de los espigones y que "no se concreta ningún tipo de control para la protección de la calidad de las aguas". También alertó sobre los efectos en el canal de navegación del Puerto de Santander y la hidrodinámica en el resto de la Bahía.

CONTAMINACIÓN

Por contaminación, EA distingue con una bandera negra a la Ría de San Martín de la Arena, en la que desembocan los ríos Saja y Besaya, y que es "una de las más contaminadas de todo el litoral cantábrico".

Según el informe, aunque la mina de Reocín y la cantera de Cuchía han cerrado, la contaminación que ha provocado su actividad centenaria permanece en los lodos de la ría.

Los vertidos industriales y mineros han provocado la presencia de altas concentraciones de metales pesados altamente tóxicos, principalmente mercurio, zinc y cobre. Además, en la desembocadura de la ría ha funcionado un campo de tiro durante muchos años que ha llenado de plomo el fondo de la misma.

Los ecologistas señalan que la reciente crisis provocó una menor actividad industrial en la zona, así como el cierre de empresas muy contaminantes como el grupo Sniace, repercutiendo en una "mejora sustancial" de la calidad de las aguas de la Ría. Sin embargo, la reapertura de algunas de las instalaciones de Sniace "ha devuelto unos niveles altos de
contaminación al agua de la ría".

En informe recuerda que los residuos urbanos de la zona se tratan en una EDAR, la de Vuelta Ostrera, construida sobre dominio público marítimo terrestre y sobre la que recae sentencia de demolición del Tribunal Supremo por haber sido construida en el interior de la marisma. "La ausencia de responsabilidad del Gobierno del Estado ha dificultado ejecutar la sentencia que solo se solucionará mediante la construcción de una nueva depuradora en un lugar adecuado", indica.