SOCIEDAD

Horario de invierno o de verano, ¿cuál es más saludable para la salud?

"El horario de invierno promueve un ritmo biológico más estable que el del verano".

Reloj
En la madrugada de este sábado al domingo ha tenido lugar el cambio de hora habitual del otoño

En la madrugada de este sábado al domingo ha tenido lugar el cambio de hora habitual del otoño. Los relojes se han atrasado una hora, lo que implica que a partir de ahora amanecerá y anochecerá más pronto.

La Sociedad Española de Sueño (SES) ha aconsejado, "en base a la evidencia científica existente", que este sea el último cambio horario para retrasar una hora los relojes, y que a partir del mismo se mantenga de forma permanente el horario de invierno (GMT+1).

En cualquier caso, es posible que este sea unos de los últimos cambios de hora, ya que la Comisión Europea ha propuesto que en 2019 se deje de lado este hábito con el objetivo de paliar los efectos negativos que tiene para la salud, que han sido alertados por diversos estudios. Así, habría que elegir entre tener todo el año el horario de invierno o el de verano. 

HORARIO DE INVIERNO: MÁS SALUDABLE

En este debate, la SES lo tiene claro: "El horario de invierno promueve un ritmo biológico más estable que el del verano, algo que contribuye a mejorar el rendimiento intelectual y ayuda a disminuir la aparición de diversas enfermedades como las cardiovasculares, obesidad, insomnio y depresión". 

Y es que este cambio, alertan, puede influir negativamente en el bienestar de las personas. Por tanto, el horario de invierno sería el "más beneficioso para la población, especialmente para los grupos más sensibles a los cambios de horario y a padecer trastornos del sueño y de la salud, como son los niños y las personas de edad avanzada". 

Según estudios recientes elaborados en la Universidad de Murcia, el horario de invierno en España es el que permite una mayor sincronía entre la salida del sol y el inicio de la jornada laboral y escolar; y el que propicia tener una mayor exposición a la luz solar durante esa jornada. Así, facilita tener más horas de sueño y un despertar más natural, que coincide con el amanecer. 

DORMIR MENOS = BAJO RENDIMIENTO

En contraposición, la SES afirma que si el horario establecido de forma permanente fuese el de verano (GMT+2), en algunas ciudades españolas el amanecer no se produciría antes de las 9:30 horas durante el invierno, mientras que en verano el anochecer no llegaría hasta las 22:00 horas. 

Según la SES, esta desincronización entre la luz y la hora, que ya se produce en los meses de verano, provoca que las personas tengan tendencia a acostarse más tarde por la noche y a despertarse más tarde por la mañana.  "Un desajuste que provoca que se tienda a dormir menos tiempo los días laborables y a dormir más los festivos, en una situación que puede favorecer un bajo rendimiento laboral y escolar y, de forma crónica, facilitar la aparición de enfermedades asociadas a la falta y a la mala calidad del sueño", aseguran.

Por último, la SES recuerda que dormir adecuadamente las horas necesarias y mantener un ritmo regular del ciclo sueño-vigilia es "uno de los pilares fundamentales de la salud". "No en vano, un sueño insuficiente, desorganizado y de mala calidad favorece la aparición de enfermedades tan frecuentes, graves y con tan alto impacto social y económico como cáncer, Alzheimer, hipertensión arterial, obesidad, diabetes, infarto de corazón, ictus, la depresión y ansiedad", advierten. 

¿CÓMO ADAPTARSE AL CAMBIO?

Para facilitar la adaptación al nuevo horario, la Asociación para el Autocuidado de la Salud (ANEFP) recomienda establecer una rutina de sueño, manteniendo unos horarios regulares. Esto implica acostarse y despertarte en torno a la misma hora, por lo que hay que evitar las siestas al menos que el organismo ya se haya habituado al nuevo horario. 

En cuanto a la nutrición durante estos días de adaptación al nuevo panorama solar, aconsejan evitar las cenas pesadas y disminuir el consumo de cafeína y otros excitantes. "No son buenos aliados para adaptarte al nuevo horario", apostillan. Igualmente, consideran que es perjudicial el ejercicio físico incluso "varias horas" antes de dormir, así como las luces brillantes de móviles o portátiles en los momentos anteriores a entrar en la cama.